jueves, 27 de agosto de 2020

 

ACTIVIDAD FÍSICA, EJERCICIO Y SALUD

En la última década ha cobrado gran importancia el concepto de la actividad física relacionado con la salud y también todos aquellos profesionales de las ciencias aplicadas a la actividad física y el deporte. Langlade, en 1981 en su clásica obra, Teoría general de la gimnasia, relata como la salud, por medio de la gimnasia, fue una de las necesidades que sirvió para que apareciera profesionales del ejercicio a finales del siglo XIX y principios del XX. Actualmente, el concepto de salud es más holístico, abierto y dinámico y va más allá de la simple ausencia de enfermedad y se orienta a la promoción de ambientes y estilos de vida saludables (OMS, 1986). Por otra, a una concepción amplia de la actividad física que no se entiende simplemente como un movimiento corporal realizado por los músculos esqueléticos sino también como una experiencia personal y una práctica social. En el siglo XXI se producen cambios socioculturales importantes, sin embargo, se mantiene el carácter preventivo que llevaba asociada la actividad física a la salud. La diferencia está en que ahora la promoción en la salud a través de la actividad física, se enmarca en la premisa de que la persona es sana y el solo hecho de realizar cualquier actividad que demande gasto calórico, va a prevenir un sin número de enfermedades crónicas en un futuro.  Pero cuando hablamos de prevención de la enfermedad, el individuo o tiene un riesgo para la enfermedad (prevención primaria), o ya presenta la enfermedad (prevención secundaria) o incluso ya se le complicó (prevención terciaria). Este concepto está vinculado fundamentalmente a las enfermedades modernas como el cáncer, la obesidad, las enfermedades metabólicas, las dislipidemias, la osteoporosis o las enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas. Pero si nos damos cuenta, este nuevo carácter preventivo, a pesar de ser importante, sigue vinculando el papel de la actividad física a la enfermedad; pero la salud va más allá de la ausencia de enfermedad y se entiende como ‘bienestar’. En este contexto, puede también contribuir al desarrollo personal y social ligado al concepto de calidad de vida, porque nos divierte y nos llena de satisfacción, porque nos sentimos bien, porque nos ayuda a conocernos mejor, porque hacemos algo por nosotros mismos, porque nos permite saborear una sensación especial o porque nos sentimos unidos a los demás y a la naturaleza (Devís, 2003).

 

Los primeros profesionales en el área fueron los educadores físicos, luego aparecieron los profesionales en deporte y los Licenciados con otros términos relacionados, en diferentes universidades del mundo. Sin embargo, existía un vació ya que estos profesionales del ejercicio no contaban con los elementos fisiológicos y de salud necesarios para realizar el ejercicio adecuado en personas con problemas de salud. A su vez, el médico, aunque era el profesional de la salud, no contaba con los elementos necesarios para la prescripción del ejercicio por lo cual en se creó la necesidad en los noventa de crear en nuestro país la especialidad en “Medicina Aplicada a la Actividad Física y el Deporte”, también llamada Medicina deportiva. Este profesional en salud es el nexo entre la salud, la actividad física y el ejercicio, y con su asesoría les permite a los educadores físicos y profesionales en deporte, aplicar el ejercicio en forma segura y efectiva para todo tipo de personas.

 

Problemas Permanentes o Estructurales.

 

1. ¿Cuál es la relación entre actividad física y promoción en salud?

La humanidad actualmente hace considerablemente menos esfuerzo que las personas de otras épocas, en parte por el avance tecnológico y de la electrónica que minimiza las tareas físicas de las personas. Lo anterior conlleva a menor gasto energético y al deterioro de las estructuras corporales relacionadas con el movimiento, como los sistemas musculoesqueléticos, y cardiopulmonar y a la aparición de enfermedades causadas por el sedentarismo. Las actividades de promoción de la salud van encaminadas a grandes grupos de poblaciones, por lo tanto se enmarcan en la motivación a la población en general para tengan hábitos saludables de vida como una buena alimentación, con baja cantidad de grasas de origen animal y moderado consumo de carbohidratos principalmente de azúcares; pero también de mantenerse físicamente activo, ya que con esto se evitará en un futuro inmediato la adquisición de múltiples enfermedades crónicas que van a producir deterioro de la calidad de vida, incremento de los gastos de salud y una disminución de la expectativa de vida. En este contexto la educación en salud, juega un papel preponderante. (OMS, 1986). Se parte de actividad física, ya que esta se basa en cualquier actividad que produzca contracción de grupos musculares y demande gasto calórico, sin importar el tipo, el objetivo, y tampoco sin medir la intensidad y la periodicidad de actividad. De esta manera, podemos llegar a decir que todas las personas pueden extraer beneficios saludables de algún tipo de actividad física.

 

2. ¿Cuál es la influencia del ejercicio en la prevención de la salud?

La prevención es más de ámbitos clínicos y propende por la evitación de una enfermedad específica, cuando el individuo como mínimo tiene un riesgo. La diferencia con la promoción en salud, es que la prevención parte de alguna enfermedad vinculada. Fundamentalmente a las enfermedades modernas como el cáncer, las dislipidemias, la hipertensión, la diabetes, los problemas pulmonares, la osteoporosis o las enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas. En la prevención

La prevención puede ser primaria cuando no ha aparecido la enfermedad, y la actividad física ofrece protección para evitar que se presente, por ejemplo, en la osteoporosis. En la prevención secundaria ya existe la enfermedad, y el ejercicio se puede utilizar como un medio terapéutico, o para evitar que se complique la enfermedad, por ejemplo en la diabetes e hipertensión. Por último la prevención terciaria es cuando ya presentó un evento que produce un daño en un órgano y deja unas secuelas, pero se puede aplicar el ejercicio como medio para rehabilitar y llevar a la mejor capacidad funcional posible al individuo, influyendo en una mejor calidad de vida, por ejemplo en la rehabilitación cardiaca y pulmonar. Para realizar una prevención en la salud por medio de la actividad física, se requiere que esta actividad sea controlada, periódica, medida en su intensidad, duración y frecuencia semanal y por lo tanto ya toma otro nombre: “ejercicio físico”, el cual es un subtipo de actividad física. El ejercicio es necesario en la prevención ya que de base estamos tratando a una persona con un problema de salud y por lo tanto se requiere que sea controlado el ejercicio para lograr sus objetivos. De lo anterior se deriva que la actividad física, como término genérico, no es únicamente para campeones o deportistas consumados, sino para todos. Por ello la actividad física debe adaptarse a las personas y no al contrario. Sin embargo todavía hay una serie de problemas por resolver en este ámbito, ya que se desconoce aún, los efectos fisiológicos de la actividad física sobre la fisiopatología de muchas enfermedades y entonces, puede convertirse, en una práctica con gran repercusión en la vida de todas las personas, estén sanas o no, enfermas o no y tengan o no tengan alguna discapacidad.

 

3. ¿Es suficiente la Actividad física o se necesita ejercicio para mejorar la condición física y así obtener resultados en salud?

Primero se debe hacer la diferencia entre la actividad física y el ejercicio. La primera es una conducta compleja que resulta difícil de medir; es cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos que produce un gasto energético. Puede ser categorizada, dentro de nuestra vida diaria. El ejercicio físico constituye un subgrupo en el que la actividad física es planificada, estructurada y repetitiva, y tiene como objeto final la el mejoramiento o mantenimiento de la condición física. (ORTEGA SANCHEZ Ricardo. 1.992). De lo anterior surgen dos paradigmas que son objeto de continuas revisiones y transformaciones y orientan la investigación y las estrategias de promoción: a) el paradigma centrado en la condición física; y b) el paradigma orientado a la actividad física. Del análisis de estos dos paradigmas se desprende que la actividad física está recibiendo más importancia que la condición física al hablar de salud. Lo que resulta destacable es que la actividad física influye en la salud haya o no haya mejora en la condición física, y que la actividad física está al alcance de todos porque todos pueden hacer algún tipo de actividad, mientras que la mejora de la condición física no siempre se consigue porque, entre otras cosas, depende en gran medida de la intensidad, frecuencia, duración y tipo de ejercicio.

Para algunos autores es suficiente la actividad física en términos de salud y si debido a una práctica física frecuente hay mejoras en la condición física, bienvenida sea, pero siempre entendida la mejora como una consecuencia de lo verdaderamente importante, la actividad física, y no la búsqueda de mayores niveles de condición física, es decir, que sería suficiente, pasar del sedentarismo a niveles moderados de condición física. (Devís, 2000). Los que defienden este argumento, se apoyan en el hecho de que realizar actividad física en forma obsesiva, pueden provocar alteraciones en salud, hasta el punto de crear dependencia o adicción y producir problemas psicológicos, familiares y sociales (Boone, 1994; Fox, 1991a; Weinberg y Gould, 1996). Sin embargo en recientes investigaciones se plantea la importancia de someter al individuo a cargas de ejercicio adecuadas para lograr el objetivo de mejorar algún problema de salud, como por ejemplo en la diabetes, la EPOC y obesidad, lo que implica una adecuada prescripción del ejercicio, teniendo en cuenta los principios fisiológicos del entrenamiento y por ende una relación entre efectividad del tratamiento de sus enfermedades y la mejoría de la condición física. Por otro lado se necesita un nivel de intensidad adecuado para que se logren los beneficios de la salud, como lo sugiere un estudio reciente en E.EU.U donde se encontró que la mayoría de los adultos de este país no tienen niveles adecuados de actividad física asociados con la promoción y el mantenimiento de la salud. (MACERA, Carolina et al. 2001). Pensemos que las relaciones de la condición física con la salud y la actividad física son complejas y son todavía necesarias muchas más investigaciones para clarificar sus relaciones.

 

Bibliografía

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Elkin Eduardo Roldán Aguilar

Médico Especialista en Medicina Deportiva

 

 


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